martes, 13 de enero de 2009

Las mujeres ganan terreno lenta pero dificultosamente


Hace ya varios años que las mujeres están ocupando lugares gerenciales que antes no tenían. Pero ese cambio es lento y todavía se visualiza discriminación en las áreas más altas.
Una nota publicada por Página 12 sobre una encuesta que se realizó a responsables de RRHH sobre los atributos que se valoran para puestos gerenciales, refleja esta realidad.
“Aun cuando una amplia mayoría haya respondido que el género es indistinto, entre el 10 y el 20 % afirmó que decididamente prefería varones (sólo entre el 2 y el 13% indicaron que favorecían a las mujeres) para cargos de gerencia; un poco menos señaló lo mismo respecto de las jefaturas medias (8% prefiere varones, 3% mujeres), lo cual indica que el prejuicio sigue vigente en algunos y podría querer decir que algo se avanza en unos cuantos más.
Sin embargo, a la hora de evaluar atributo por atributo, la lectura puede volverse diferente. El 57% de las entrevistas arrojó que se valora la disponibilidad para jornadas largas e imprevistas, y el 30% que también puedan emprenderse viajes de un momento al otro. Estas condiciones, señalan las investigadoras, “son a la vez poco compatibles con las responsabilidades del cuidado familiar que suelen tener las mujeres”, algo que vuelve a surgir en indicadores notables: más de la mitad de las respuestas del sector de hotelería (51%), algo menos en software y publicidad (39 y 44% respectivamente) y bastante menos aunque siga siendo un número considerable en publicidad (21%) afirman que “la licencia por maternidad es un problema para la productividad”.
En todas las áreas investigadas, el 70% de las opiniones indicaron que “las mujeres están menos capacitadas”, pero, a la vez, una evaluación que las mismas empresas hicieron del desempeño laboral de varones y mujeres arroja resultados más favorables para las mujeres en casi todos los rubros (las excepciones: “baja conflictividad” y “capacidad para trabajar en equipo”). A la hora de volver más cómodo el trabajo para las mujeres, las empresas optan por aquellos métodos que menos inversión requiere: sólo una ínfima parte (3% es el tope) se ocupa de proveer servicios de guardería o aplicar “políticas de traslados de personal” (algo importante en sectores que requieren trabajo nocturno, escasamente asignado a las mujeres porque se considera peligroso); en su mayor parte (entre el 70 y el 90%), se trata de adecuar las instalaciones para el trabajo de mujeres (lo que puede traducirse en baños y vestuarios), mientras que los horarios flexibles son una opción elegida por entre el 40 y el 60 por ciento de las empresas. En “Gramáticas de género en el mundo laboral” (en el que Eleonor Faur y Nina Zamberlin trabajaron sobre entrevistas en profundidad) queda aún más en evidencia la diferencia de expectativas y los sesgos de género: la reinserción laboral gradual tras el nacimiento de un hijo, la posibilidad de viajar con hijos de hasta dos años y la guardería en planta con horarios amplios son beneficios exclusivos para las empleadas mujeres. Eso supone, entre otras cosas, que “es la mujer quien se ocupa de los hijos”, por lo que los empleados varones no precisan esos beneficios.”

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