Ser empresario significa correr riesgos, por lo que debe trabajar bajo la presión de la necesidad de asumir riesgos, debiendo comprender que la posibilidad de un fracaso siempre existe.
“Existe riesgo cuando se tienen dos o más posibilidades entre las cuales optar, sin poder conocer de antemano los resultados a que conducirá cada una. Todo riesgo encierra, pues, la posibilidad de ganar o de perder; cuanto mayor es la posible pérdida, tanto mayor es el riesgo”.
Por tal motivo hay que razonar y monitorear permanentemente la situación en cuanto a los niveles de riesgo es fundamental y forma parte del pensamiento estratégico, sabemos que esto implica un nivel de estrés altamente peligroso si no tenemos a mano un equipo de trabajo confiable.
No aceptar fallas y errores inhibe muchas mentes creativas potenciales de operar en el límite de su competencia. Asumir riesgos es parte de la diversión de pensar.
Dos cualidades esenciales de todo buen empresario es que está dispuesto a correr riesgos y es creativo. Si posee creatividad, se le ocurrirán mejores ideas, y cuando pueda elegir entre varias buenas ideas, le resultará más fácil correr los riesgos necesarios para poner en práctica la que le parezca más acertada.
“Un pesimista es aquel que ve dificultades en cualquier oportunidad; mientras que un optimista es aquel que ve oportunidades en cualquier dificultad” – Winston Churchill
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Hace 3 años
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